Áreas Montessori

Los ejercicios del área sensorial desarrollan la capacidad de observación y agudiza los sentidos. ¿Qué es rojo? ¿Qué es azul? ¿Qué es un triángulo? ¿Qué es áspero? ¿Qué es largo? ¿Qué es frío? ¿Cómo se diferencian los sonidos? Practicar con materiales sensoriales tales como lija, campanas, colores y telas les ayudan a los niños a discriminar y apreciar lo que perciben. Poco a poco el niño puede tener orden en la caos, distinguir, clasificar, y relacionar nueva información con la información que ya tiene

 

El área de vida práctica proporciona una actividad significativa para los pequeños que están ansiosos por imitar a los adultos. Los niños trabajan para perfeccionarse. Hay verdadera alegría en aprender a servir agua sin derramarla, a amarrarte tu propia chamarra, o a amarrarte los zapatos. Al hacerlo se desarrolla la concentración, la coordinación y la formación de hábitos. Los ejercicios de vida práctica construyen la confianza y el sentido de independencia.

 

En el salón de clases existe una interacción entre los niños al trabajar juntos para resolver problemas en común o para pedir ayuda de otros niños. Cada niño también tiene el derecho de trabajar solo y no ser interrumpido. Las actividades organizadas de grupo incluyen ejercicios de equilibrio y control, bailar y juegos con música, cantar, escenificar relatos, pintar o realizar actividades para decorar su ambiente. La guía o maestra utiliza su imaginación para enriquecer el ambiente.

 

Los ejercicios del área académica son una continuación natural de las experiencias del área sensorial y de vida práctica. Los niños que han aprendido a escuchar cuidadosamente son capaces de percibir las pequeñas diferencias en los sonidos de las letras. La discriminación de tamaños utilizando los bloques, así como el control fino de sus dedos los prepara para escribir. Las letras y números de papel lija, resaques geométricos para practicar el control del lápiz, el alfabeto mobil, emparejar palabras e imágenes todo prepara al niño para leer y escribir. Al utilizar varias, cuentas, y otros materiales para clasificar, contar y medir los niños se preparan para las operaciones matemáticas. Aunque algunos niños leen a los 4 o 5 años y pueden decir la hora, entender el calendario y sumar o restar, no es una práctica del Montessori presionar a los niños en ninguna actividad. Los niños en preescolar pueden absorber muchos conceptos complicados si los conocen de forma concreta en una edad temprana cuando disfrutan manipulando el material. Cada niño tiene sus propios periodos sensibles y su propio plan de desarrollo.

Sistema Montessori

El corazón del acercamiento de la educación preescolar Montessori es la individualidad. Más importante que ninguna de las innumerables formas en que los niños son iguales es la forma en la que son diferentes. Un niño debe desarrollarse a su propia manera.

El ambiente escolar esta cuidadosamente preparado con la única preocupación del bienestar de los niños y con la meta de alimentar en cada niño la alegría de aprender. Hay que entender el papel de la guía en la evaluación de cada niño y su progreso único como seres humanos libres.

Un salón Montessori zumba de actividad. Los niños trabajan solos o en grupo sirviendo agua, mezclando colores, lavando ropa de muñecos, o trastes, trapeando pisos, regando plantas, construyendo torres, sintiendo texturas, igualando pesos, pintando, recortando, pegando, aprendiendo números y letras, etiquetando, contando, midiendo, leyendo…descubriendo.

El salón está iluminado y bien ordenado. Los niños se sienten cómodos y seguros cuando saben a dónde pertenecen las cosas. Los muebles son de los tamaños del niño, ligeros y portátiles. Todo está reducido en proporción para igualar las habilidades físicas de los niños pequeños. Todo el material invita a los niños a usar sus manos para aprender. En Bamolino Montessori, ayudamos al niño a desarrollarse como un individuo independiente, autosuficiente y seguro de sí mismo, el cual podrá desenvolverse en cualquier tipo de ambiente.